martes, 8 de mayo de 2018

La formación del Ejército Rojo

La formación del Ejército Rojo



Trosky, creador del Ejercito Rojo.

El ejercito surgido tras la revolución bolchevique, llamado Ejército Rojo de los Trabajadores y Campesinos, en ruso Raboche Krest'ianskaia Krasnaia Armiia, RKKA, sorprendentemente, empezó casi como Lenin había previsto. Basado en destacamentos de guardias rojos, la primera fuerza militar de los bolcheviques estaba compuesta en su totalidad por voluntarios pertenecientes a la clase obrera decididos a defender la revolución. Enseguida se hizo evidente que para incluso el más idealista de los revolucionarios, grupos armados de guardias rojos no constituían un ejército propiamente dicho, por muy voluntarios y voluntariosos que fueran. Las autoridades civiles también se dieron cuenta rápidamente de que las tareas a realizar por dicha fuerza, como preservar un estado amenazado por movimientos de independencia y  la defensa del incipiente Gobierno bolchevique de una contrarrevolucionaria guerra civil y de una intervención extranjera, requerían un ejército real y todo aquello que se exigía de él. Ante esta necesidad, en marzo de 1918 Lenin asignó a León Trotsky la tarea de crear un verdadero ejército.

De forma inteligente Trotsky abandonó la mayor parte de sus preconcebidos y utópicos conceptos marxistas de lo que un ejército debía ser y comenzó inmediatamente a formar una fuerza armada según los cánones tradicionales. Se incluyó la creación de una jerarquía entre los oficiales y la tropa así como disposiciones para la organización y disciplina militar. Inicialmente el reclutamiento estaba limitado a la clase obrera, pero esta circunstancia enseguida se vio insuficiente y las puertas se abrieron a todos los interesados salvo campesinos ricos, clero, burguesía y con excepciones, a la nobleza. La creación propiamente dicha del ejército de forma voluntaria también se produjo rápidamente; el régimen instituyó el reclutamiento a principios de 1918. El aspecto más controvertido del nuevo ejército de Trotsky fue la confianza mostrada hacia los antiguos oficiales zaristas para instruir e incluso liderar las unidades del recién formado Ejército Rojo. Tal dependencia del denostado enemigo de clase constituyó gran reprobación por una amplia parte del conjunto bolchevique causando gran agitación en el partido. Este ejército, que llegó a tener casi 5 millones de hombres en su pico máximo, luchó con éxito en la guerra civil consiguiendo preservar el estado bajo el dominio bolchevique, aunque sin restaurar las fronteras rusas anteriores a 1941.



Primeros años del ejercito soviético

La desmovilización del Ejército Rojo comenzó a finales de 1920 y reanudó el debate sobre la forma que tomaría las fuerzas armadas durante los periodos de paz. Una vez más, los idealistas marxistas resucitaron el concepto de Ejército de Ciudadanos pero fueron desafiados por aquellos bolcheviques deseosos de un ejército profesional permanente. Al final se llegó a una solución de compromiso. En 1921, el partido aceptó la necesidad de un ejército permanente, pero insistió en que la mayor parte de la fuerza militar del país residiera en la reserva, es decir, el ejército de ciudadanos. De esta forma, esta contingencia fue vista de forma diferente por los dos bandos opuestos: los idealistas socialistas aceptaron el ejército permanente como mal necesario, pero temporal, esperando que una vez que se lograran las condiciones para instaurar el verdadero socialismo,  el ejército permanente desaparecería. Los partidarios de un gran y estable ejército admitieron un pequeño ejército activo y una milicia territorial de gran magnitud como un parche transitorio hasta que finalmente la situación diese lugar a un ejército permanente de gran tamaño y una pequeña reserva, hecho que se produciría una vez que la economía fuese lo suficientemente fuerte para mantener dicha fuerza.

El partido comunista todavía insistió en que el ejército permanente reflejara los ideales revolucionarios que guiaron la transformación de la sociedad civil por el partido. No debía ser una réplica del antiguo ejército zarista. Honestamente, los lideres políticos y militares, a pesar del abandono de un principio fundamental de la filosofía socialista, intentaron crear un ejército con nuevos tipos de relaciones entre oficiales y tropa, medidas disciplinarias, doctrinas de guerra y una calidad de vida muy mejorada de los soldados en claro contraste con el imperial ejército ruso. El régimen bolchevique creía que su ejército podría ser una herramienta de transformación social para las masas. Algunos teóricos militares incluso creyeron que el socialismo sería la base de un nuevo método de guerra. Sin embargo, con el paso de los años fue disminuyendo el idealismo ortodoxo y ya en 1941 el Ejército Rojo en muchos sentidos, intencionalmente o sin querer, se asemejaba al tan denigrado y calumniado ejército imperial zarista.




La historia de los inicios del Ejército Rojo es la historia de los intentos del régimen soviético de crear un ejército que no sólo tratara correctamente a sus soldados, sino también tratara de elevar su conciencia socio-política. Es la historia de tal vez el primer ejército político del mundo, en el sentido de que la cúpula del Ejército Rojo tomaba decisiones militares transcendentales compartiendo la responsabilidad con un partido político. Los valores del partido comunista así se entrelazaron con las directrices militares, volviéndose ambos prácticamente indistinguibles. Esta unión entre partido y ejército parecía lógico y necesaria para el partido y nunca fue seriamente desafiada por el ejército, sin embargo, resultó ser el origen de algunas de la debilidades de las fuerzas armadas soviéticas mostradas durante la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial mostró al Ejército Rojo en su punto más bajo y también en su nivel más alto de eficacia. La guerra comenzó con la invasión alemana y las derrotas sufridas por el Ejército rojo y terminó con la conquista soviética de Europa Oriental demostrando la valía de las fuerzas soviéticas. Entre un extremo y el otro, el Ejército Rojo comenzó utilizando muchas de las prácticas llevadas a cabo durante la Guerra Civil pagando un alto precio en vidas y material, pero también se fueron desarrollando nuevas formas de actuar que promovían la cohesión y la moral. El liderazgo del ejército fue madurando bajo condiciones de combate en cada ocasión. La sociedad soviética temporalmente estuvo en comunión total con el ejército tal y como previó Lenin en 1917, y así el ejército eventualmente se convirtió en una institución confiable y respetada por la mayoría de la población, sin embargo, ese sentimiento no se sabe con exactitud si se debe a la propia concepción de un ejército politizado o a la necesidad de combatir a un enemigo despiadado e invasor del país que provocó que volvieran a rescatarse valores más propios de tiempos de antaño, como el patriotismo. Solo hace falta indicar que la Segunda Guerra Mundial, en la URSS se denominó Gran Guerra Patriótica.

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