jueves, 13 de noviembre de 2014

Código de transmisión navajo

Código de transmisión navajo


Pareja de codificadores navajo

La utilización de la lengua utilizado por los indios navajos durante la Segunda Guerra Mundial es desde el año 2002, año de estreno de la película Windtalkers,  un aspecto bastante conocido y popular dentro de foros, publicaciones, blogs y demás informaciones sobre la ultima confrontación mundial. Sin embargo, una visión generalizada sobre el tema no es nunca mal recibida.

Guadalcanal, Tarawa, Peleliu, Iwo Jima son nombres conocidos de islas del Pacífico donde los codificadores en idioma navajo tuvieron un papel destacado dentro de sus competencias. Los nativos de la tribu navajo participaron en cada desembarco anfibio donde el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos intervino desde 1942 a 1945. Las seis divisiones de infantería así como los batallones raider y las unidades  paracaidistas del USMC, tuvieron dentro de sus filas codificadores navajo que transmitieron mensajes por teléfono y radio en su lengua materna utilizando un código cifrado que los japoneses nunca pudieron violar.

La idea de usar a nativos navajos para transmitir comunicaciones de forma segura provino de Philip Johnston, el hijo de un misionero que evangelizaba la tribu navaja y por ello uno de los pocos estadounidenses  que sin ser de la tribu hablaba su idioma con fluidez. Johnston, criado en la reserva Navajo, era un veterano de la Primera Guerra Mundial que estaba al tanto que las autoridades militares buscaban un código de cifrado capaz de evitar cualquier intento por descífralo. También conocía que las  lenguas nativas americanas en particular el Choctaw había sido utilizada en el anterior conflicto para codificar mensajes.

Johnston creyó que el idioma navajo respondería a la necesidad militar de un código indescifrable ya que el navajo es una lengua no escrita de extrema complejidad. Su sintaxis y cualidades tonales, sin mencionar los dialectos, lo hacían ininteligible a nadie sin formación y amplia exposición a dicha lengua. No tiene alfabeto o símbolos y solamente se habla en las tierras de la reserva navaja situada en el Suroeste de los Estados Unidos. Se estimaba que menos de treinta personas no pertenecientes a la tribu navaja y de ellos ningún japonés podían entender el idioma al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

A principios de 1942, Johnston se reunió con el general de división Clayton B. Vogel,  comandante general del cuerpo anfibio de la flota del Pacífico y con su estado mayor para convencerles del valor de la lengua navajo como código. Johnston efectuó pruebas bajo condiciones de combate simuladas, demostrando que los navajos podrían codificar, transmitir y decodificar un mensaje en inglés tres líneas en 20 segundos. Las máquinas descifradoras de aquel entonces requieran 30 minutos para realizar el mismo trabajo. Convencido, Vogel recomendó al comandante de los Marines que reclutasen a 200 nativos navajos.


Carta de recomendación del reclutamiento de navajos para tareas de cifrado 

En mayo de 1942, los primeros 29 reclutas navajo asistieron al campo de entrenamiento. Posteriormente, ya en Camp Pendleton, Oceanside, California, este primer grupo creó y perfeccionó el código navajo. Desarrollaron numerosas palabras y un diccionario de términos militares. El diccionario y todas las palabras del código tuvieron que memorizadas durante el entrenamiento.

Cada  vez que un codificador navajo completaba su adiestramiento con éxito, era enviado a una unidad de marines desplegada en el teatro del Pacífico. La  principal tarea de los codificadores era hablar, transmitir información sobre los movimientos de tropas y tácticas, órdenes y otras comunicaciones vitales durante el combate por medio de teléfonos y radios. También operaron  como mensajeros y llevando a cabo otras tareas propias del servicio dentro de los Marines.

El sistema de cifrado y descifrado utilizando el idioma navajo fue elogiado por su capacidad, velocidad y precisión a lo largo de la guerra. En Iwo Jima, el comandante Howard Connor, oficial de transmisiones de la 5ª División de Marines declaró, "Si no llega a ser por los navajos, los Marines nunca habrían tomado Iwo Jima". Connor tuvo bajo sus órdenes seis codificadores navajo trabajando día y noche durante los dos primeros días de la batalla. Esos seis hombres enviaron y recibieron más de 800 mensajes, todo ello sin error alguno.

Los japoneses, expertos en tareas de descifrar y violar códigos de transmisión, permanecieron desconcertados ante el idioma navajo. El jefe japonés de inteligencia,  Teniente General Seizo Arisue, comentó que mientras sí que eran capaces de descifrar los códigos utilizados por el ejército de Estados Unidos y el cuerpo aéreo del ejército,  nunca pudieron descifrar el código utilizado por los Marines. Los codificadores en idioma Navajo incluso impidieron a un soldado navajo tomado prisionero en Bataan, en 1942 habían mas o menos 20 nativos navajos en el ejercito de los Estados Unidos presente en Filipinas,  comprender los mensajes utilizados. El soldado navajo, obligado a escuchar las palabras entremezcladas y revueltas , dijo a un codificador después de la guerra, "Nunca podía imaginar lo que estaban comentando los muchachos debido a tanto desorden". Esta anécdota indica claramente que el propio código navajo estaba codificado.


Nativos navajo en el Pacífico

En 1942, la población total de la tribu navaja ascendía a unos 50.000 miembros. Cuando  la guerra finalizó, unos 540 Navajos sirvieron dentro del Cuerpo de Marines. De ellos, entre 375 y 420 pertenecieron al equipo de transmisión de mensajes cifrados, el resto fue destinado a otros empleos.

El idioma navajo siguió siendo considerado como código de cifrado valido incluso después de la guerra. Por esa razón, los codificadores, cuya habilidad y coraje salvaron tanta vidas estadounidenses, recibieron tardíamente el  reconocimiento del gobierno y de la población


Monumento Honorifico a los codificadores navajos


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